martes, 9 de marzo de 2010

Hitler y los platillos volantes



El Tercer Reich fue para Alemania una época de progreso en todos los campos, Alemania poseía los autos más rápidos, los aviones más veloces y de mayor autonomía de vuelo, la primera televisión (durante los Juegos Olímpicos de 1936), las mejores películas de entretenimiento, la industria farmacéutica más pionera, etc. Pronto volaron los primeros aviones a reacción (Me-262) y los primeros misiles de largo alcance (V2). Todo esto es conocido. Mucho menos conocida es otra tecnología que, por razones obvias, los alemanes del Reich mantuvieron en secreto y sobre la que los aliados, una vez tuvieron noticia de ella, mantuvieron el más absoluto silencio. Basándose en la filosofía ocultista del Tercer Reich (sociedades Thule y Vril), científicos hitlerianos habrían conseguido avances cientícos (especialmente aeronáuticos y astronáuticos) de una magnitud inimaginable.

El conocimiento de misteriosos aviones circulares alemanes propulsados por motores anti-gravitacionales con el nombre en clave de “Vril” y “Haunebu”, que supuestamente fueron desarrollados no basándose en la técnica convencional, sino en una nueva técnica surgida de la filosofía ocultista NS, ha sido siempre negado por las fuerzas aliadas. Muchos podrán pensar que es imposible que los alemanes en tan corto espacio de tiempo desarrollaran tan fabulosa técnica, pero olvidan que no se basaron en los principios científicos clásicos, si no, como ya hemos apuntado, en la filosofía ocultista de las sociedades germánicas como Thule y Vril. Así por ejemplo, el científico alemán Viktor Schauberger era un convencido defensor de la "implosión en lugar de explosión". Rechazaba el motor de explosión, pues éste se basa en la destrucción (explosión), pero la Creación divina es siempre constructiva. Por lo tanto, una técnica basada en la destrucción es contraria a las leyes de Dios y puede denominarse como técnica satánica. En su lugar, proponía los motores de implosión. Éste es tan sólo un ejemplo de la filosofía de estos científicos. Gracias a la forma de pensar del Tercer Reich, los alemanes avanzaron en técnica en pocos años lo que los aliados no avanzarían en cien. El "Andromeda-Gerät" o "aparato Andrómeda" era una nave nodriza. Desconocemos si llegó a construirse antes de terminar la Segunda Guerra Mundial, pero de no ser así se construyó en Neuschwabenland tras la guerra con los planos y diseños previos, tenía forma de cigarro, y esto coincide con la descripción de muchos pilotos de vuelo que dicen haber visto OVNIs con esa forma y de unos 130 metros de longitud.

Los foo-fighters:

Los aliados los llamaban Foo-fighters y sus creadores alemanes "Kugelblitze" ("rayos-bola") o "Feuerbälle" ("pelotas de fuego"). A partir de 1944, los pilotos aliados que sobrevolaban Alemania para bombardearla empezaron a reportar informes sobre extrañas bolas brillantes casi transparentes que se situaban junto a ellos y les acompañaban durante kilómetros. Según estos informes, no podían derribarlas, aunque las disparasen, y toda maniobra para despistarlas era inútil. Mucho se ha especulado sobre la función de este arma antiaérea, pero al parecer interfería los sistemas eléctricos y los radares de los bombarderos aliados. En ocasiones, su presencia era tan molesta a los pilotos o les causaban tantos trastornos, que un bombardeo previsto tenía que ser suspendido y la escuadrilla de bombarderos regresaba a su base.

El 13 de Diciembre de 1944 el South Wales Argus publicaba un sorprendente artículo en el que se decía: «Los alemanes han fabricado un arma secreta coincidiendo con la estación navideña. El nuevo ingenio, que al parecer es un arma defensiva aérea, se parece a las bolas de cristal que adornan los árboles navideños. Se las ha visto suspendidas en el aire por territorio alemán, a veces solas, y otras en grupo; son de color plateado y parecen transparentes». Poco después, el 2 de Enero de 1945, era el Herald Tribune neoyorquino el que se expresaba en los siguientes términos: «Parece que los nazis han proyectado una novedad en el cielo nocturno de Alemania. Se trata de los misteriosos y extraños globos foo-fighters que corren por las alas de los aparatos Beaufighters que sobrevuelan secretamente Alemania. Hace más de un mes que los pilotos, en sus vuelos nocturnos, se encuentran con esas armas fantásticas que, al parecer, nadie conoce».

Los globos de fuego aparecen repentinamente, acompañan a los aviones durante kilómetros y, según revelan los informes oficiales, parecen estar controlados por radio desde el suelo». Esos "globos de fuego" descritos por la prensa de la época son conocidos por los ufólogos como foo-fighter. Y, como queda claro, eran considerados por los pilotos aliados como algún tipo de arma secreta nazi. Se identifican los "foo" con un arma secreta antiradar: «En el otoño de 1944, en Oberammenrgau, en la Baviera alpina, un centro experimental patrocinado por la Luftwaffe, en O.B.F, habrá ultimado una serie de investigaciones relacionadas con aparatos eléctricos capaces de interferir en el funcionamiento de los motores, hasta un máximo de 30 m. de distancia, mediante la producción de intensos campos electromagnéticos. Averiando el circuito de ignición de los motores de un aeroplano se habría provocado infaliblemente la caída de éste. Para convertir la invención en prácticamente eficaz, los técnicos alemanes se proponían, empero, triplicar por lo menos el radio de acción del arma, pero cuando el conflicto concluyó, los experimentos en tal sentido apenas habían sido esbozados. Entretanto, como infraproducto de estas investigaciones para su inmediato empleo bélico, otro centro, regido combinadamente por el Ministerio Sperr y por el Estado Mayor Técnico de las SS, había adaptado la idea del "estorbo radiofónico de proximidad" a la interferencia sobre los mucho más delicados y vulnerables aparatos electrónicos de los cazas nocturnos americanos.

Así había nacido una original máquina voladora, redonda y acorazada, más o menos semejante al caparazón de una gran tortuga. Se movería con un motor especial de reacción, también aplanado y circular, que recordaba como principio físico a la famosa eolípila heroniana y generaba un vasto halo de llamas muy luminoso. Por eso había sido llamada "Feuerball". No llevaba armas ni pilotos. Teledirigida en el acto de despegar, seguía después automáticamente a los aparatos enemigos, atraída por sus llamas de escape y aproximándose a ellos sin chocar, lo cual bastaba para poner en estado crítico sus aparatos de radar».

¿Por qué Alemania, si disponía de esta tecnología, no ganó la guerra?

Una pregunta que se formulará todo el mundo. Las razones que los autores del hitlerismo esotérico apuntan son varias:

1.- El desarrollo de esa tecnología llegó demasiado tarde, más bien entre 1944 y 1945, y no se pudo llegar a emplear militarmente. Ciertamente disponían de esa tecnología, pero no se llegó a tiempo a la fabricación masiva.
2.- Los OVNIs de Hitler ciertamente eran muchísimo más veloces que cualquier avión existente, pero ésto no bastaba. Se mostraron, al menos en esa fecha, no aptos como aeronaves caza.
3.- Por alguna razón, los alemanes del Reich vieron la guerra materialmente perdida y decidieron replegarse, esperar un momento futuro en que la victoria del Reich fuese tan segura como contundente..

Si efectivamente el Tercer Reich nunca fue completamente destruido y subsiste actualmente oculto, no podría hablarse en absoluto de que el Reich perdiera la guerra. El propio Hitler había declarado: "En esta guerra no habrá vencedores ni vencidos, tan sólo muertos y supervivientes". La madre patria Alemania fue ocupada y lo sigue hoy, pero otra Alemania, la verdadera y legítima, existe fuera del territorio tradicionalmente alemán.

¿Qué fue de la prodigiosa tecnología hitleriana?

No puede descartarse que poco antes del fin de la guerra se llegase a fabricar una limitada serie de platillos Haunebu II. Ésta posibilidad es apoyada por las numerosas fotos de OVNIs tras 1945, que tienen un asombroso parecido con el modelo Haunebu II.

¿Consiguieron los aliados esta prodigiosa tecnología como parte del botín de guerra? En absoluto. Sería una verdadera contradicción pensar que los alemanes fueran capaces de desarrollar semejante tecnología para luego dejarla caer en falsas manos. Los científicos alemanes responsables del desarrollo de esta tecnología y todos sus creaciones habían desaparecido a tiempo de Alemania para cuando la guerra "terminó". Así por ejemplo, el terreno de la firma Arado en Brandenburgo, supuestamente empleado por la Vril-Gesellschaft, fue completamente dinamitado y no quedó nada. Los alemanes dejaron a propósito señuelos para despistar y distraer a los aliados. Estos señuelos eran flamantes proyectos aeronáuticos del Tercer Reich, así como científicos como Werner von Braun (gracias al cual los americanos lograrían realizar el programa Apolo y llegar a la Luna), pero estaban basados en la técnica convencional (motores de propulsión a reacción o de hélice, a lo sumo). La técnica antigravitacional fue puesta a salvo con antelación.

Viktor Schauberger fué un científico austríaco que nació un 30 de junio de 1885. Como científico liberado de los estrechos márgenes en que se halla limitada la ciencia mecanicista moderna, buscaba una energía alternativa, una ciencia distinta fundamentada en el principio de “Implosión en lugar de Explosión”. La técnica de la explosión, pensaba el sabio austríaco, no puede estar a favor del principio de la vida. Todos los motores de arranque funcionan por explosión, así pues sus repercusiones son dañinas y su principio es destructivo. Al final de la guerra, los militares americanos expropiaron todo el laboratorio y, considerando a Schauberger colaborador de los nazis, lo pusieron en custodia protectora por seis meses. En 1956, en un reportaje de la revista Das Neue Zeitalter de Munich, se decía que Viktor Schauberger era el inventor y descubridor de la nueva potencia motriz, la implosión, y eso sólo con el uso del aire y del agua, de la luz generada, del calor y del movimiento. La publicación observó que el primer disco sin tripulación del vuelo fue probado en 1945 cerca de Praga, que podía permanecer inmóvil en el aire y que podía volar tan rápidamente al revés como al derecho. En otro escrito, Johannes Von Helsing describe el descubrimiento de un platillo estrellado en el Bosque Negro en 1936. Explica que durante un período de diez años la sociedad Vril fue el supuesto primer grupo que iba tras la ingeniería de una nave espacial extraterrestre. Según el historiador alemán Stevens, el avión Haunebu I era supuestamente el primer platillo grande de vuelo desarrollado en Alemania. Según los planes alegados, obtenidos de ficheros alemanes clasificados de la SS, Haunebu I fue probado probablemente por primera vez en agosto de 1939, o sea, algunas semanas antes del brote de la Segunda Guerra Mundial.
¿Sabía Viktor Schauberger construir un disco que levitara? Las fotografías obtenidas por los aliados cuando invadieron el territorio del III Reich así lo prueban lo que no tenía resuelto en el momento de su encarcelamiento cómo fabricar los frenos, pues todos sus platos de vuelo probados se estrellaron. ¿Fue uno de esos estrellamientos el del Bosque Negro?

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